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NI HARTOS NI HONRADOS

Eduardo Morán CamarilloSi los mexicanos verdaderamente estamos hartos de la corrupción, y somos según presumimos un pueblo mayoritariamente compuesto por ciudadanos honestos y responsables ¿Por qué dicho hartazgo y cualidades ciudadanas no se reflejan en la disminución de esta práctica?Me parece que la contradicción anterior sólo puede explicarse por alguna de las razones siguientes: 1era.- Somos un pueblo de imbéciles que invariablemente elegimos para gobernarnos a los pocos corruptos que encontramos en el municipio. 2da.- Dada la cantidad y frecuencia con que cambiamos a nuestros gobernantes y funcionarios, en este municipio no hay ciudadanos honestos. 3era.- Los mexicanos reprobamos la corrupción únicamente cuando no participamos de sus beneficios.Veamos lo siguiente: Hartos de los corruptos priistas en 2002 por fin los sacamos del ayuntamiento, substituyéndolos entonces un gobierno del PRD. Sin embargo fueron tan malos los resultados y tan corruptos los del sol azteca, que para la ciudadanía la alternancia consistió en brincar del sartén a lumbre, así que para 2009 optamos por saltar de la lumbre al sartén. Aunque resulte difícil de creer después de esos brincos las cosas nos fueron de mal en peor, así que desde el 2015 de nueva cuenta los perredistas tienen el sartén por el mango cocinando a su antojo e impunemente los recursos municipales. Siendo impresionante el número de distinguidos ciudadanos que han desfilado por nuestros ayuntamientos en los últimos 20 años, cabe preguntarse, dado que somos mayoritariamente un pueblo honesto y responsable, si además de ello también somos una sociedad de idiotas que buscamos con lupa a los pocos corruptos que tenemos para gobernarnos, o bien simplemente no hay ciudadanos honestos que podamos elegir, porque la corrupción cada día es más frecuente y los montos de ella mayores.Por otra parte, parecería que los funcionarios públicos son más corruptos que quienes no lo son, sin embargo, hay que decir que un cargo público no convierte en deshonesta a una persona, lo que cambia en la vida de un ciudadano al convertirse en funcionario público, es la frecuencia e importes de los asuntos en que puede intervenir, así que un ciudadano tranza sin acceso a los millones que se manejan en un ayuntamiento, se tiene que conformar con hacer tranzas de poca monta. Esta es la única razón por la que nuestros funcionarios parecen ser más corruptos que quienes no lo son, mientras los primeros tienen injerencia y pueden tomar tajadas constantemente de contratos de 90 millones de pesos, como el de las lámparas LED, los segundos sólo pueden invadir terrenos, banquetas, robarse la luz, etc. Delitos todos pero que son vistos y calificados por los ciudadanos de formas muy diferentes, mientras los primeros son unos corruptos de mierda los segundos sólo están ejerciendo un derecho.Es de llamar la atención la forma tan vehemente con que los ciudadanos que buscan tener acceso a los recursos municipales, señalan y reprueban la evidente corrupción de los gobiernos que buscan substituir, para una vez conseguido su objetivo hacer exactamente lo mismo. Es decir, lo que molesta al ciudadano de a pie no es la corrupción o el abuso, lo que les incomoda es conformarse con hacer pequeñas tranzas mientras critican y anhelan estar en posición de hacer las grades. Pero lo que no tiene abuela y reafirma mi percepción del asunto, son la serie de ex funcionarios que con un cinismo monumental, critican y exigen a otros lo que ellos convenientemente solaparon y encubrieron en su oportunidad. No sé si alguien tenga dudas, pero a mí me queda perfectamente claro que los mexicanos condenamos, señalamos y protestamos por la corrupción imperante, sólo cuando no participamos de sus beneficios. Son tan evidentes, frecuentes e impunes las millonarias tranzas que invariablemente en cada administración municipal se despachan nuestros funcionarios, que los ciudadanos consideran que la corrupción es algo intrínseco a la acción de gobernar, de ahí las frases “Un político pobre es un pobre político”, “El que no tranza no avanza”, “No me den, pónganme donde hay” y demás estupideces que nos inventamos para justificar nuestras tranzas.Quizá nuestros regidores sinteticen de manera perfecta este comentario, pues salvo los del PRI y los del PRD (y no todos) los demás regidores son simples habitantes extraídos casi al azar de esa gran masa de ciudadanos honestos y responsables que decimos ser los mexicanos. Debo señalar que estos personajes al no haber tenido un cargo público previo, supone que conservan intactos los valores que nos caracterizan (?). Pues bien, decenas de esos impolutos ciudadanos han tenido desde el cabildo la responsabilidad de planear, aprobar y supervisar la aplicación de los recursos públicos, teniendo además autoridad para denunciar, corregir y hasta despedir al propio presidente municipal. Sin embargo ¿recuerda usted algún probo personaje que haya cumplido con su función? Muchos al inicio de su gestión pegan gritos desaforados y se rasgan las vestiduras por el estado en que reciben el municipio: endeudado y sin fondos, nóminas obesas, carencia de mobiliario y equipo o su estado, llegando a mencionar públicamente asuntos tan graves como la compra-venta de vehículos por ex funcionarios, o el de las nóminas de personal que no trabajaba en el ayuntamiento, turbiedades que mencionaron los actuales días después de instalarse el actual cabildo, sólo que todo este alboroto inicial sirvió a los ciudadanos para tres cosas, pues el objetivo no era deslindar responsabilidades, castigar a los culpables y evitar que se repitieran más disparates, si no vender más caro su amor aventurero y silencio.De estar equivocada mi percepción, entonces no se explica por qué cada uno de nuestros preclaros regidores se chuta al menos 100 mil pesos cada mes. Sueldo: 30 mil, Ayuda: 30 mil, Renta de Vehículo: 12 mil, Vales de Gasolina: 8 mil, Bono Anual: 300 mil (otros 25 mil mensuales). Hasta aquí van 95 mil, sume Seguro de Gastos Médicos, Celular, Bono del día de las Madres, Bono del día del Niño, Gastos de Representación, Viáticos y demás canonjías que desconozco y ya estamos sobre los 100 mil que menciono. La pregunta es obvia ¿Qué hacen estos señores que merezca un sueldo de ese tamaño? Pues bien, lo único que se me ocurre es que estos honestos y responsables ciudadanos de antaño, lo reciben por solapar, ocultar y participar de las tranzas mayores.Así pues, que ni estamos tan hartos de la corrupción ni somos tan honrados y responsables como decimos.Es todo

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