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Guerrero se mantiene entre los 3 estados del país con mayor violencia hacia la mujer

Carlos NavarreteChilpancingo, Gro., (Marzo 8, 2017).- Con una estadística de mil 449 mujeres asesinadas, probables feminicidios, de 2005 a 2015, Guerrero se mantuvo en los primeros tres lugares de todo el país, durante los últimos diez años, en número de homicidios doloso contra ese sector poblacional.Así lo informó la doctora Rosa Icela Ojeda Rivera, coordinadora del Observatorio de Violencia de Género de Guerrero “Hannah Arendt”, durante la presentación del informe de homicidios dolosos de mujeres en el estado de Guerrero, que se desarrolló este miércoles en el auditorio del Tribunal Electoral del Estado (TEE).“En el periodo que señalamos hubo un aumento de homicidios en lo general, de hombres y mujeres, pero en el caso de los hombres fueron otros hombres los victimarios, en el caso de las mujeres no fueron mujeres quienes las asesinaron, sino hombres y registramos también violencia sexual en muchos casos”.De acuerdo al informe, los municipios con mayor incidencia de mujeres asesinadas en ese periodo son Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Zihuatanejo, Tlapa, Chilapa, Atoyac y Ometepec, que es donde la Alianza Feminista solicitó al gobierno federal, en marzo del año pasado, declarar la “alerta por violencia de género”.En 2005 se registraron 120 casos; en 2006, 107; en 2007, 94; en 2008, 89; en 2009, 126; en 2010, 121; en 2011, 187; en 2012, 130 lo mismo que en 2013; en 2014, 120; y en 2015 el registro fue de 225 casos de posibles feminicidios.Como ejemplo de la forma “alarmante” en que incrementaron los homicidios dolosos contra mujeres, Ojeda Rivera informó que de 1994 al 2004 se registraron solamente 300 casos, es decir que en los 10 años posteriores el aumento fue de aproximadamente el 400 por ciento.Explicó que hasta antes del 2005, quienes investigaban el fenómeno de feminicidios, identificaron que los agresores eran del círculo cercano a la familia, incluso podían ser miembros de ésta, pero de ese año en adelante se rompió la regla.Incluso mencionó que la forma en que comenzaron a ser asesinadas en 2005 cambió, pues se empezaron a ver los primeros casos de mujeres con rostros desfigurados porque fueron víctimas de lapidaciones, disparos y heridas severas provocadas con armas punzocortante.Esta forma de matar a las mujeres dio origen a otro fenómeno, se registraron los primeros casos de víctimas en calidad de desconocidas, pues por las desfiguraciones de sus rostros, así como el grado de descomposición en que se encuentran los cuerpos impide que se les identifique de manera inmediata.Explicó que desde 2005 también se empezaron a registrar los primeros casos de cuerpos femeninos arrojados a la vía pública, en muchos casos exponiendo sus órganos sexuales.“Después de ser privadas de la vida hubo otras formas de trato degradante para estas mujeres. Este informe destaca un elemento nodal, las mujeres asesinadas por celos, donde el móvil central fueron los celos está aquí relatado. Los hombres que ya no vivían con ellas, ellos se ostentaban como propietarios de las mujeres y dictaban las normas de cómo debían comportarse, y si no se aplicaban esas normas eran castigadas con la muerte”.Dijo que se identificó también a un grupo de agresores llamados “imitadores”, quienes tras violentar y asesinar a una mujer, muchas veces su pareja, abandonaba el cuerpo de la víctima fabricando elementos que hicieran pensar a las autoridades que se trató de un ajuste de cuentas o que intervino la delincuencia organizada, para desviar la atención y así evadir la justicia.Ojeda Rivera manifestó que las políticas públicas que emprendan las instituciones deben enfocarse a atender de inmediato casos de violencia hacia la mujer, detener a los responsables y reducir los índices de impunidad.“Porque en esta entidad matar mujeres no es un agravio, hay sociedades donde un asesinato de mujer motiva la movilización de la sociedad, pero aquí hay indiferencia de la sociedad, de las autoridades y de los responsables de garantizar justicia a todos los guerrerenses”.Para ejemplificar el nivel de impunidad que existe en Guerrero en cuanto al asesinato de mujeres, Ojeda Rivera recordó el caso de dos jóvenes que fueron privadas de su libertad por tres albañiles en Tixtla, quienes abusaron sexualmente de ellas y después las asesinaron.Explicó que este caso en lugar de ser investigado como homicidio doloso, evidente feminicidio, las autoridades ministeriales lo clasificaron como homicidio culposo (involuntario) y negaron información que integra el expediente.Para acabar con la violencia feminicida, la investigadora consideró necesario reforzar la seguridad pública en el estado, atender y reducir los niveles de impunidad en casos donde mujeres fueron asesinadas y erradicar los patrones de desigualdad que existen entre ambos sexos. (ANG)

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