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Científicos japoneses investigan brecha sísmica de Guerrero

Zihuatanejo, Gro., (Julio 13, 2016).- Raquel Verduzco, de la Agencia Japonesa de Cooperación en México, explicó que se trabaja en un proyecto de investigación conjunta con universidades japonesas y el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con fondos México-Japón. El proyecto tiene 5 años de duración, del 2016 al 2021. Y es en relación al peligro asociado a grandes terremotos y el subsecuente tsunami que se puede dar en la llamada Brecha Guerrero, la cual abarca Zihuatanejo.La idea, a decir de la investigadora Verduzco, es instalar equipo de alta tecnología japonesa en la costa del Pacífico, particularmente en tres municipios.Hay tres grupos de trabajo en el proyecto. Uno es el de educación y alertamiento a la población sobre qué hacer en caso de un tsunami por gran sismo, el cual este miércoles se presentó en el auditorio del Conalep, plantel Zihuatanejo. Sin embargo, ante las principales dificultades del proyecto, de acuerdo con los científicos, están los problemas de acomodo de presupuesto y los impuestos para las compra de equipo.En tanto, el jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, Víctor Manuel Cruz, detalló que la brecha sísmica de Guerrero es un segmento de la costa del Pacífico mexicano en donde no ha habido terremotos mayores, de magnitud superior a 7 grados, en los últimos más de 100 años.Por lo que considerando el periodo de retorno, tiempo que transcurre entre un sismo mayor y el próximo de igual o mayores magnitudes en un mismo lugar, ese lapso oscila entre los 30 y 60 años. De ahí que en la Brecha de Guerrero, delimitada al sureste por Acapulco, y al noroeste por Papanoa, ya ha pasado más tiempo del que uno esperaría debería ser necesario para que rompa un sismo.De ahí que se le denomine como brecha sísmica, explicó, un lugar en el que ya ha transcurrido más tiempo del que en teoría debería transcurrir para un sismo mayor.En Zihuatanejo existe un déficit de sismicidad mayor. Sin embargo, los estudios más recientes que se han llevado a cabo en brecha sísmica, han revelado que la ocurrencia de un cierto tipo de sismo, que conocemos como sismos lentos o sismos silenciosos, que ocurren cada 4 años de forma periódica en Guerrero, y tardan meses. Lo que hace que se libere parte de la energía que se acumula poco a poco por la convergencia de las placas tectónicas. Por lo que la acumulación de energía potencialmente sísmica en la brecha es más lenta, por lo tanto el periodo de retorno, o tiempo que transcurre entre dos grandes sismos es mayor, abundó.Se busca instalar muchos instrumentos en el fondo del mar, y en la costa para entender mejor cómo funcionan y qué rol juegan estos sismos lentos en la ocurrencia de sismos potencialmente destructivos.Así como identificar, comentó, las zonas de mayor peligro en toda la costa, medir la posible penetración del agua, las olas producidas. Con base a esa estimación del peligro, es que se van a concebir planes educativos para evitar que esta amenaza se traduzca en un desastre.Identificar las regiones más seguras y dar los elementos que requiere la población para salvar sus vidas. En caso de que ocurra un sismo mayor, como seguramente ocurrirá.La vulnerabilidad de 5 asentamientos ya identificados, uno de ellos Zihuatanejo, para entonces proponer planes de prevención de desastres que se puedan implantar, acotó.

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