La voz de Zihuatanejo

Opinion

CAFÉ POLÍTICO

PUES YO SÉ QUE MUCHAS SON VUESTRAS TRANSGRESIONES Y GRAVES VUESTROS PECADOS: OPRIMÍS AL JUSTO, ACEPTÁIS SOBORNO Y RECHAZÁIS A LOS POBRES EN LA PUERTA/ AMÓS 5:12

Rafael Lobato Castro

Se propagaron como reguero de pólvora. Así corrieron los chismes sobre el estado de salud de Don Sebastián y Don Casimiro, el par de ancianos pioneros del puerto de Zihuatanejo. Y es que ya tenía varios meses que no los veían en su mesa del café. Algunos comentaban que sus familias al iniciar la pandemia del COVID-19, los sumergieron y amarraron a la estatua de Cristo, cerca del rompeolas en playa Las Gatas -un poquito de fe no sale sobrando-, cambiando cada cierto tiempo los tanques de oxígeno de buceo -‘aqualungs’ dicen los mexicas chocantes-, y los alimentaron con comida líquida con popotes. Otros hablaban que las familias los congelaron -criogenizaron dicen los pedantes-, y los sepultaron en la Plaza Kioto para despertarlos cuando hubiera pasado lo peor. Otros más decían que con una pequeña bomba de fumigar, los mantenían sanitizados de pies a cabeza -o de huaraches a sombrero-, tres veces al día con una mezcla de alcohol, cloro, vinagre y aguarrás para evitar el contagio con el maligno virus; éste último comentario fue escuchado por Don Eulalio, pescador vecino de La Noria, quien lo modificó y mencionó que Don Casi y Don Sebas ya no eran sanitizados, sino satanizados hasta quedar recluidos en sus casas por funcionarios de toda ralea, ya que ellos todas las tardes frente a sus tazas de café en el céntrico changarro, se quejaban y criticaban las incontables tarugadas que hacían los gobiernos de los tres niveles, como si no tuvieran derecho a la crítica. El colmo fue con Doña Tiburcia, que tiene su local de frutas y verduras en el Mercado Central, al escuchar lo de satanizados, puso algo de su cosecha y dijo que para no enfermarse, el par de rucos habían hecho un pacto con Satán y acudían a misas negras con todo y velas del mismo color. ¡Jesús bendito! Los más pesimistas ya hablaban que el par de viejitos criticones habían colgado los huaraches y sus almas vagaban por el Paseo del Pescador -ahora con su enésima remodelación que ojalá sirva para que no huela a mierda por los rumbos de la calle 5 de Mayo. ¡Y a ponerle llantitas al kiosco!-, sí, vagaban cantando desafinados ‘Zihuatanejo’ de ‘Cheque’ Cisneros. Rumores, jodidos rumores. Puras pinches paparruchas. O como dice un vecino del país del norte: ‘Bullshit with fake news’. Nada de eso. Lo acaba de decir el Papa: ‘El chisme es peor que el coronavirus’. Y es que como hasta antes de iniciar la pandemia, entrando septiembre, mes de la patria, el par de ruquitos volvieron con su andar lento a la mesa reservada por tiempo indefinido del café, mesa que ahora se encontraba aislada. Juar, juar, juar: ‘Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud’.

En el aparato de sonido del café se escuchaba la voz del recientemente fallecido Óscar Chávez cantando a ritmo de huapango -la guitarra rezongó un poco por el trabajo extra-, la melodía ‘El pendejo’: “Corran, corran muchachos, corran/ que ya el pendejo viene llegando/ afilando su tenacita/ para si alcanza hueso blando./ Ciudadanos tengan cuidado/ que el pendejito les anda cerca/ bailen fuerte ese zapateado/ con sabrosura y muy alerta./ El pendejo se va,/ cómo camina mire nomás/ en vez de irse para adelante/ los pendejitos se van pa´ trás/ ay qué chispa son los pendejos/ con su modito de caminar/ por Dios que no aguanto la risa/ jajajaja, jajajaja./ Si tú quieres tener pendejos/ allá en el PAN los encontrarás/ son re chispa los bichos esos/ con su modito de caminar,/ en vez de irse para adelante/ los pobrecitos se van pa’ trás./ No te alejes debes cuidarte/ no te conviertas en uno igual./ El pendejo se va,/ cómo camina mire nomás/ en vez de irse para adelante/ el pendejito se va pa’ trás…” La mesera llegó dando la bienvenida a sus clientes consentidos y dejó las dos grandes tazas del delicioso, aromático, humeante café guerrerense y un plato de galletas de avena y nuez.

-Don Casi -Don Sebas se quitó el cubrebocas, agarró su taza del aromático y después de beber un sorbo del brebaje negro inició la charla-, le prometí a la patrona de la casa que no me quitaría el cubrebocas para tomar café, simplemente le abriría una ventanita. Y en los días que acaban de pasar se nos adelantan a la otra vida buenos amigos como Doña Amanda Reglado de las viejas familias de La Correa, que fue una de las primeras damas del municipio que incursionó en la política. Igual se nos adelantó el matrimonio de Don Víctor Solano Pérez y su señora esposa Doña Rita Martínez. Don Víctor llegó a ser presidente municipal interino cuando cubrió los últimos meses a Don Fidel Gutiérrez Gordillo que se fue a corretear la diputación. Igual se nos fue la profesora Doña Evelia Amaro, un abrazo solidario para el abogado Rodrigo Campos; también el todavía joven Danilo Valencia que ya había sido operado del corazón; y Doña Silvina Árciga que ya rebasaba los 100 años de edad, mamá de los hermanos Reyes. Y otra triste partida la de Don Horacio Pineda, buen amigo que durante muchos años vendió en su triciclo por las calles zihuatanejenses la sabrosa nieve de coco hecha por él mismo. Descansen en paz. Un pésame a todos sus familiares. Y además un aplauso a todos los médicos, enfermeras y personal de hospitales por su sacrificio en bien de su comunidad.

-Así es Don Sebas, así es. Los viejos conocidos de la otrora aldea de pescadores se van acabando. Y estas cosas producen mucha tristeza porque yo de alguna forma sigo anclado al pasado. Extraño los tiempos cuando me tomaba una cerveza en ‘La Flor del Mar’ de Don Arturo Chávez padre, y me recetaba un ceviche de Don Jerónimo Rincón en su changarro ‘La Vitamina’, ambos lugares en la Playa Principal; cuando soltaba una carcajada con las ocurrencias de Don ‘Guille’ Fernández; cuando admiraba las piernas de Lilia Prado al filmar aquí ‘Besos de arena’ y ‘La vida no vale nada’; cuando compraba algunas cosas en las tiendas de Don Salvador G. Espino, de Don Juan Ayvar, de las hermanas Romero, las queridas ‘Landitas’, de Doña Celia Galeana; cuando Don Jorge Allec Galeana inició su vida como burócrata siendo agente de tránsito para terminar siendo 3 veces presidente municipal que repartía abrazos muy perfumados; cuando Tin Tan venía de Acapulco en su yate ‘Tintavento’ a comprar marihuana; cuando salíamos a pescar con Don Gregorio ‘Garrobo’ Lara y nos encontrábamos en mar abierto con Don Carlos Barnard en su yate ‘El Cayuco’ capitaneado por Don Oliverio Maciel; cuando compraba costillas de cuche en las carnicerías de Don Efrén Campos y Don Ángel Rodríguez; cuando le compraba enchiladas y tacos dorados a Doña Tibe Cabrera; cuando jugaba dominó en ‘La Bocana’ con los doctores Armando Morales y Vicente Castro además de Don Beto Tena; cuando jugaba billar con Don Máximo Merel. Eran otros tiempos.

-Sí, era otro Zihuatanejo. Y cambiando al tema de moda Don Casi quiero comentarle que con lo que sé ahora de los cubrebocas yo podría escribir una enciclopedia ilustrada de XX tomos. En el primero escribiría sobre su origen en la historia; el segundo tomo trataría sobre los modelos de cubrebocas y los materiales con los que se pueden fabricar; el tercer tomo trataría sobre la forma de usarlo y desecharlo; la ineficacia de los que tienen válvula. Una de sus grandes ventajas además de protegernos contra el coronavirus, es que el tapabocas protege de aspirar el aliento, el rugido a panteón colonial que tienen algunos enemigos de la pasta dental. Tal vez en el último tomo escriba sobre los cubrebocas y su influencia en la cultura, el espectáculo y el arte. Por ejemplo un verso de mi cosecha que agregaría: “Escuchar las olas por la noche, sentados en la arena/ las ilusiones son vanas, son pocas/ y es que no poder besarte es una pena/ pues lo impiden… un par de cubrebocas”.

-Ahora me resultó usted un poeta…

-Igual Don Casi ilustraría las páginas con todos esos cubrebocas grabados con una foto de Frida Kahlo, o con un colibrí.

-Uno de mis nietos, ya de 60 años de edad, me comenta algo interesante sobre el tema de la prohibición en la venta de comida chatarra a menores de edad en Oaxaca. Me dijo que los refrescos, frituras y pastelillos tienen décadas de existir en el país y como todo chamaco, los consumía por montones. Por ejemplo, el Gansito Marinela, fue creado en 1957. Sin embargo, en su opinión, en sus tiempos el sobrepeso y la obesidad no eran un problema generalizado en los niños como lo es actualmente, porque él piensa que en sus tiempos ese exceso de calorías que consumían eran inmediatamente eliminadas con los juegos de antaño en los que se corría y brincaba terminando empapados de sudor, como las rondas, el avión, los quemados, las escondidillas, los encantados, el pocito, y en la playa el tres por seis dieciocho, y otros tantos. Y esto ocurría todas las tardes después de terminar la tarea. La calle -continuó diciendo mi nieto-, era nuestro territorio de juego. Y ahora lo único que mueven del cuerpo los jóvenes sancas y del resto del país, son los dedos pulgares en los videojuegos. Esa es la gran diferencia. Y sin olvidar el abuso en el consumo de cualquier cosa. Es como una copa de vino tinto al día que ayuda al corazón, aunque conocemos los daños que ocasiona el abuso de consumir alcohol. Por eso se necesita una solución integral.

-¿Qué opinión tiene de los temas políticos como las próximas campañas que arrancan ahora en el mes de septiembre para votar en junio de 2021? –preguntó Don Sebas después de beber un sorbo del brebaje negro.

-Primero mencionarle que el Covid-19 le quitó los reflectores a los políticos. Tuvieron que encerrarse, en sus mansiones, no en prisiones. Ahora que entramos a semáforo amarillo ya están saliendo a cortar listones y repartir despensas. Aquí por ejemplo, se anunciará con bombo y platillo, como si fuera la cuarta pirámide de Egipto, la inauguración de la ciclopista que conecta desde el Museo Arqueológico hasta la parte que lleva hasta Ixtapa en la colonia Vaso de Miraflores. Y sobre el presidente ‘cabecita blanca’ me platican los jóvenes de la familia que en las redes sociales hay dos bandos que en vez de mostrar tolerancia, manifiestan una rabia inmensa. Una tecnología de comunicación desperdiciada. Los que idolatran al presidente y todo lo que hace el gobierno federal está bien hecho se les conoce despectivamente como ‘chairos’; y los que lo quieren quemar en leña verde y todo lo que hace lo ven mal son llamados ‘fifís’. Ambos grupos quieren que los contrarios se exilien, que salgan del país porque por sus ideas políticas no tienen lugar, ni lo merecen, para habitar en tierras mexicas. Hay una pasión desbordada tanto para defenderlo como para atacarlo. Una ira de esas con todo y espuma en la boca. Como dijo Kalimán: ‘Serenidad y paciencia, mucha paciencia’. O mejor, como dijo un ex presidente de pelo engominado: ‘Entre los individuos como entre las naciones…’ Moderación, respeto al pensamiento ajeno es lo que recomiendo. En el arranque de las campañas hay que debatir las ideas, y si alguien golpea físicamente al adversario político es porque está equivocado. ¿Y usted qué opina?

-Mejor escuche Don Casi la respuesta a la misma pregunta que le hice al compadre Torcuato que lo encontré fumando al venir al café como siempre en su mecedora en el corredor de su casa, añorando todavía ir a su huerta para ver cómo están sus palmeras. El compadre Torcuato guardó silencio mientras tranquilamente daba una chupada a su puro. Soltó lentamente el humo y después de un buen rato habló: “En ‘El mago de Oz’, a Dorothy, una hada buena le dice que siga el camino amarillo para encontrar al mago y poder regresar a Kansas. En la política mexica actual el camino amarillo con su cambio de dirigencia nacional apesta. Y ni hablar del tufo que sueltan el camino azul y el tricolor. Tal vez por identificarse por su hedor quieren formar alianzas. Por eso ahora muchos buscan, como buenos oportunistas, tomar el camino guinda y creen que la gente no podrá ver la mugre que tienen en las uñas. Y los que ya llevan camino guinda recorrido gritan a los oportunistas: ¡A la fila! ¡A la fila!”.

El par de ancianos sonrieron por la respuesta lacónica del compadre Torcuato y en ese momento la mesera llegó con la segunda ronda del sabroso café.

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