LA POLÍTICA ES UN ASUNTO DEMASIADO SERIO PARA DEJARLO EN MANOS DE LOS POLÍTICOS/ CHARLES DE GAULLE
Rafael Lobato Castro
La luz del relámpago iluminó el cielo. En la sala de su casa, en el centro de Zihuatanejo, Don Casi rodeado de sus bisnietos dijo de inmediato: “¡Ahora! Empiecen a contar”. La chiquillada obedeció: “Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez…” En ese momento llegó el sonido del trueno. “¡La pedorrera del cielo!” dijo uno de los bisnietos. “Bien -continuó Don Casi-, si el sonido viaja en el aire en promedio 340 metros por segundo y escuchamos el trueno a los diez segundos, ¿a qué distancia cayó el relámpago?”. Uno de sus bisnietos que cursaba el cuarto año de primaria contestó rápidamente: “Al ser diez segundos es más fácil hacer la operación. Simplemente se agrega el cero a los 340 metros porque 340 x 10 = 3,400 metros, es decir, el relámpago cayó a 3.4 kilómetros de aquí de la casa”. Don Casi levantó las cejas sorprendido y sólo dijo: “Muy bien”. Sin embargo, otro de sus bisnietos, ya cursando la secundaria, hizo una pregunta del millón: “Bisabuelo, ¿y ese dato para qué nos sirve en la vida diaria?”. Don Casi sonrió y dijo: “Entre otras cosas, si el lapso que transcurre entre la luz del siguiente relámpago o rayo y la llegada del sonido que produce el trueno, es un tiempo menor, significa que la tormenta eléctrica viene en esta dirección y más vale que vayan desconectando sus aparatos electrónicos si no tienen un regulador de voltaje integrado porque pueden terminar aventando chispas; igual, no andar por las calles, porque aunque la probabilidad es mínima, el rayo los puede despeinar”. La chiquillada se quedó pensando en lo enfermos que se pondrían si se estropeara su “maquinita de videojuegos”. En ese momento llegó la patrona de la casa y ordenó: “No se te ocurra ir al café con esta tormenta. Seguramente Don Sebas está arropado viendo una película de Joaquín Pardavé”. “Lo que usted diga” respondió Don Casi. Dos horas después, el aguacero era cosa del pasado y el clima permitió escaparse a Don Casi a su cita vespertina con su viejo amigo en el céntrico café. El propietario ya había reservado una mesa en el interior. En el aparato de sonido se escuchaba a un grupo guerrerense, famoso por ser pionero en la música tropical en la década de los setenta del siglo pasado, el Acapulco Tropical, con la melodía del mismo nombre: “Mi negra ven a bailar/ al ritmo de este conjunto/ Acapulco Tropical/ que ahora nos toca con gusto./ ¡Qué bien que toca! Acapulco Tropical/ ¡Qué bien que goza! Acapulco Tropical/ ¡qué bien que toca! Acapulco Tropical/ ¡qué bien que goza! Acapulco Tropical./ Cuando suena el acordeón/ se me enchina hasta la piel/ se me alegra el corazón/ cuando oigo el bajo también./ ¡Qué bien que toca! Acapulco Tropical/ Mi negra sigue bailando/ al ritmo de este compás/ y el Acapulco tocando/ con alegría sin igual/. ¡Qué bien que toca! Acapulco Tropical…” Como ya lo esperaba Don Sebas, Don Casi se sentó mientras la eficiente mesera llegaba con las dos grandes tazas del aromático, humeante, sabroso café guerrerense con un plato de galletas de avena y plátano.
-Don Casi -inició la tertulia Don Sebas después de tomar un sorbo del brebaje negro-, le platico que una de mis nueras, al ver la resequedad en la piel de mis brazos, me regaló una crema corporal con aroma a mango, lo que resultó en un pleonasmo.
-¿Y eso Don Sebas?
-¿No lo entendió? Un mango aplicándose crema aroma mango.
-¡Qué ma… mucho el sol Don Sebas!
-Le comento Don Casi que en agosto pasado falleció el famoso boxeador José Ángel “Mantequilla” Nápoles, cubano naturalizado mexicano. Miembro de una generación de famosos boxeadores de las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. “Mantequilla” hizo una película con El Santo, “La venganza de La Llorona”. De su época están además Rubén “Púas” Olivares, Raúl “Ratón” Macías, José “Toluco” López, Vicente “Zurdo de Oro” Saldívar, y Ultiminio “Sugar” Ramos. Ultiminio Ramos después de retirarse formó un grupo de música tropical y en una visita a nuestro querido puerto de Zihuatanejo el profesor Toño Valencia lo invitó a uno de sus cumpleaños en su casa en la calle Hermenegildo Galeana y ahí estuvo tocando las tamboras.
-Recuerdo Don Sebas que en esos viejos tiempos en que no teníamos televisión íbamos a ver las peleas a Acapulco; muchos sancas llegábamos al hotel de Don Pantaleón Espino, originario de Petatlán, hotel que todavía se encuentra en la calle Benito Juárez, a espaldas del edificio de la CROM. Ahí nos encontrábamos a nuestros profesores Eduardo Icaza y Francisco Ortiz emocionados con las peleas de box y haciendo ‘rounds de sombra’ mientras estaban sentados.
-Don Casi, acabo de leer en un periódico local una nota sobre una iniciativa de ley en el Congreso local para los “deudores de alimentos morosos”. Se refiere a sanciones para los que no pagan la pensión alimenticia; sin embargo, está mal redactada pues debe decir: “deudores morosos de alimentos” pues los morosos son los deudores y no los alimentos. Con un simple cambio en el orden de las palabras se pierde el sentido de la oración.
-Don Sebas, en la película “Perfume de mujer” con los actores Al Pacino y Chris O’Donnell me llamó mucho la atención un discurso al final de la cinta. La historia trata que Al Pacino es un militar jubilado que por andar jugando con granadas queda ciego y en un fin de semana contrata a un alumno becado en una prestigiosa universidad y que por unos dólares el estudiante lo cuida y lo lleva a Nueva York. O’Donnell en el personaje de Charlie Simms tiene un problema. Él junto con otro alumno de nombre George vio a tres estudiantes manchar de pintura el auto Jaguar del director de la escuela. El director quiere que le digan los nombres de los culpables y en un juicio pretende expulsar sólo al alumno pobre si no confiesa. Pacino llega para defenderlo. Escuche el discurso de Pacino sobre la dignidad, dice así: “Charlie no es un soplón. Este tribunal ha sido una pila de mierda. El señor Charlie Simms no quiere una segunda oportunidad para ser soplón. No le hace falta que lo tilden digno de ser alumno de Baird. ¿Qué diablos es eso? ¿Cuál es el lema aquí? “Muchachos delaten a sus compañeros, sálvense el pellejo. De lo contrario, los llevaremos a la hoguera”. Bueno señores, cuando la caca empieza a apestar algunos huyen y otros se quedan. Aquí está Charlie dando la cara y allá está George escondido en el bolsillo de papá. ¿Y qué van a hacer ustedes? Van a premiar a George y destruir a Charlie. Yo no sé quiénes fueron alumnos de esta institución. Pero si dejaron alguna inspiración ya no existe. Se esfumó. Están construyendo un nido de ratas. Una nave para soplones marineros. Si creen que van a hacer hombres de estas sardinas, se equivocan. Porque están matando el mismo impulso que alegan estar cultivando. Qué farsa. ¿Qué tipo de espectáculo es éste? Aquí el único con integridad está sentado al lado mío. Y les digo, este muchacho tiene el alma intacta. No se vende. ¿Saben cómo lo sé? Alguien aquí, no diré quién, trató de comprarlo. Pero Charlie no se vendió. ¡Si fuera el hombre de hace 5 años acabaría con esto con un lanzallamas! He tenido experiencia, ¿sabe? Hubo una época en que podía ver y vi muchachos como éstos, aún más jóvenes que éstos, con los brazos arrancados, las piernas destrozadas. Pero no hay nada más desolador que tener el espíritu amputado. Para eso no hay prótesis. Ustedes creerán que solamente están mandando a este soldado a su casa, con el rabo entre las patas. ¡Pero le están ajusticiando el alma! ¿Y por qué? Porque no es digno alumno de Baird. Si castigan a este muchacho todos serán bestias de Baird. Hoy al entrar aquí escuché la frase “cuna de líderes”. Pues bien, cuando se rompe la armazón, la cuna cae. Y se ha caído aquí. Se ha caído. Forjadores de hombres, propulsores de líderes. Tengan cuidado con los líderes que forman. Yo no sé si Charlie haya hecho bien o mal en callar. Pero se los garantizo, ¡no venderá a nadie para asegurarse el futuro! Y eso, amigos míos, es ser íntegro. Eso es ser valiente. Así deberían ser nuestros líderes. Yo he llegado a la encrucijada de mi vida. Siempre he sabido cuál es el camino correcto. Sin excepción, lo he sabido. Pero nunca lo seguí, ¿saben por qué? Porque era muy difícil. Aquí tenemos a Charlie. Llegó a la encrucijada. Ha elegido un camino. El camino correcto. El camino de los principios que dan temple y carácter. Permítanle continuar la jornada. Comité, el futuro de este muchacho está en sus manos. Es un futuro valioso. Créanme. No lo destruyan. Protéjanlo. Abrácenlo. Algún día los hará orgullosos, se los prometo”.
-Muy bueno Don Casi. Yo conozco algunos políticos que la dignidad la dejaron por el camino. Como escuché alguna vez: si los políticos corruptos e ineptos pudieran volar, viviríamos en la penumbra eterna pues no dejarían pasar la luz solar.
-Me hizo recordar Don Sebas que en los tiempos de secas, cuando en la laguna de Las Salinas, perdón, el “vaso receptor”… de caca, sobrevolaban los zopilotes, aves que se alimentan de carroña, en círculos avisando de un animal muerto en esa zona árida. Ahora los zopilotes cambiaron de domicilio.
-Y sobre política no ha comentado nada Don Casi. ¿No le interesa hablar de los pleitos que tiene el presidente “Cabecita Blanca” todos los días con un sector de la prensa, o con un sector de los empresarios, o con los políticos dinosaurios? ¿O sobre el cambio de presidente nacional en el partido “Piel Canela”? ¿O sobre los baños de pueblo que está haciendo el gobernador inaugurando obras por toda la zona Norte del estado? ¿O De las nuevas ridiculeces que dice el expresidente de las botas y el mostacho perjudicando a su partido azul? ¿O sobre el primer año de gobierno del Ciudadano Muchacho y su equipo de jóvenes imberbes con excepción del segundo síndico?
-¡Qué güeva Don Sebas! ¡Qué güeva! Mejor disfrutemos de esas gotas de lluvia que rebotan sobre el vidrio de la ventana del café mientras seguimos saboreando estas galletas con el delicioso café.
El par de ancianos pioneros del puerto guardaron silencio mientras meditaban observando la llovizna.
